Si bien no influye ni un poquito en lo artístico, ayuda a comprender a la persona de carne y hueso. Ojalá los gardelianos no se ofendan, es hora de derribar el mito y rescatar lo verdaderamente humano.
A fin de cuentas, un cantor, por más famoso que se haga, no tiene por qué ser un ejemplo moral.
Sigamos escuchando al gran Carlitos (ex pibe Carlos), que da gusto escuchar su canto, que no canta cada día mejor sino como cantó, de un modo increíblemente sensible y original.
ResponderEliminar"Resulta que el zorzal andaba de vuelo"
Y sì, tenìa que ser el Dieguito!
No soy gardeliana en lo absoluto, me sedujo tu forma inteligente de introducir a los (o algunos) lectores
en el tema. Que el hombre era original, ninguna duda.
Tenemos algo en comùn,somos originales, no en el sentido recreativo, por darle un nombre, , me refiero al orìgen de identidad, parece que todos venimos de alguna abuela de Tacuarembò.
Maravilloso